TIRO AL BLANCO
Por presumir de certero
un tirador atrevido
se encontró comprometido
en el lance que os refiero:
Y fue, que ante una caseta
de la feria del lugar
presumio de no fallar
ni un tiro con la escopeta,
y el feriante alzando el gallo
un duro ofreció pagarle
por cada acierto y cobrarle
a tres pesetas el fallo.
Dieciséis veces tiró
el tirador afamado
y al fin dijo, despechado
por los tiros que fallo:
Mala escopeta fue el cebo
y la causa de mi afrenta,
pero ajustada la cuenta
NI ME DEBES NI TE DEBO.
Y todo el que atentamente
este relato siguió
podrá decir facilmente
cuantos tiros acertó.
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